Cuando alquilas una vivienda o un local de tu propiedad, corres el riesgo de que el arrendatario no pague las mensualidades, pese a que ya tengas experiencia en este tipo de contratos, dispongas de referencias de los inquilinos o que hayas realizado todos los trámites a través de una agencia inmobiliaria de confianza.

Existen los seguros de impago de alquiler,  estos proporcionan un plus de tranquilidad a los arrendadores de la vivienda. Estas pólizas se contratan para hacer frente a posibles impagos del inquilino de una vivienda en alquiler. Esta es solo una de sus coberturas, ofrecen varias más que dan al propietario la seguridad de que no se verá en apuros financieros debido a que los inquilinos que no le pagan.

Los seguros de impago de alquiler, además de cubrir el pago de las rentas adeudadas hasta un máximo de 12 mensualidades (algunos seguros ofrecen hasta 18 meses), también incluyen la reclamación de rentas impagadas y los trámites para poner en marcha un desahucio, así como asesoramiento jurídico en todo lo que necesite y cobertura legal en caso de tener que acudir a los tribunales. Otra de las coberturas habituales protege frente a posibles daños por actos vandálicos en los que haya incurrido (con un límite de dinero predeterminado) el inquilino.

Algunos seguros ofrecen coberturas adicionales, entre ellas, asistencia en averías, reclamaciones a otras aseguradoras por daños y perjuicios, gastos de cerrajero y cambio de cerradura, gastos de impago de suministros, servicio de reparaciones de urgencia y limpieza de la vivienda. Algunos seguros de hogar también ofrecen la cobertura de seguro de impago por alquiler.

 

En resumen, una póliza de impago de alquiler garantiza al arrendador el cobro de las mensualidades del alquiler en caso de no recibir la renta acordada y se hace cargo de la defensa jurídica necesaria y los perjuicios económicos y materiales. A la vez es interesante para el arrendatario, ya que evita tener que adelantar varios meses de fianza o firmar un aval bancario.